Nos acostamos tarde, y casi no consigo dormir pensando en el futuro de este viaje. Al amanecer los pajaros cantan y revolotean como si estuvieran dentro de nuestra habitacion. Al fin y al cabo, de ellos y del lago solo nos separa la malla mosquitera de las ventanas.
Diana a las 5. Shikara a la estacion. Bus a Jammu a las 7:30. Trescientos quilometros en doce horas, por una carretera sinuosisima bordeada de tantos arboles como militares a su sombra, igual de firmes que ellos. Con una cuerda y unas pinzas, ante la mirada atonita del resto de los pasajeros, monto en el pasillo un tendedero para mis calcetines. Intento dormir, pero solo logro evaporarme un poco, intento escuchar musica. En una parada desayuno arroz blanco insipido con lentejas frias picantillas, no me quieren cobrar. Por fin hablo con Ania, los dos sentimos la tension y no sabemos la causa, pero parece que despues la cosa se relaja, la segunda parte del viaje vamos hablando de cosas personales. De momento parece que no nos vamos a separar, aunque la prueba de fuego seran los proximos dias. Esperemos que consigamos descansar.
Llegamos a Jammu a las siete y pico de la tarde, el revisor del bus se encarga de dejarnos donde podemos pillar el siguiente. Compramos "sleeper" con aire acondicionado. Son unos buses graciosisimos, llevan literas dobles en vez de asientos y casi no son incomodos. Nos da el tiempo justo a comer algo y asearnos un poquito. Arrancamos a las nueve y media. En el bus hace tanto frio que no conseguimos dormir. Cerramos las toberas del aire, pero este se escapa por otra mil rendijas. Yo duermo (es un decir) con sudadera y capucha, Ania con sudadera, forro polar y chal, pero no para de moverse. Un tipo ronca sin parar justo en la litera de al lado, menos mal que mis fieles cascos cumplen su funcion, si no musical, al menos aislante. Llegamos a Chandigarh, como no, con retraso, a las 6:30, riksha a la residencia de Nawaz, pero es demasiado temprano para despertarlo, un portero nos abre el salon de invitados y dormitamos en sendos sofas hasta que aparece Nawaz. Desayunamos. En la residencia no nos podemos quedar, porque los encargados de gestionar las habitaciones de invitados ya se han ido. En el albergue cercano tampoco hay nadie que pueda decidir. Nawaz se lleva a Ania en moto para buscar alojamiento en la ciudad, mientras yo me quedo en su habitacion escribiendo esto.
Despues de 26 horejas de viaje, de sudor, de polvo, de asientos y camas pegajosos, necesito una ducha como nunca antes. No se si luego iremos a dar una vuelta o a dormir, aunque por el bien de nuestra convivencia quiza sea mejor lo segundo.
El plan es quedarnos un par de dias aqui mientras Nawaz, que acaba de terminar la carrera de arquitecto defendiendo su proyecto final, recoge todas sus cosas, y luego ir con el, via Delhi, hasta su ciudad natal, Guwahati, en Assam, al noreste, al otro extremo del pais. Unas cuantas horas en bus hasta Delhi y, a continuacion, 28 horas hasta Guwahati, aunque conociendo los horarios indios pueden acabar siendo 40...
sábado, 27 de junio de 2009
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1 comentario:
hmm... esperemos que la falta de sueño no haga estragos.
A ver si contestas a la entrada anterior.
P.D.: Aquí te dejo una eñe escrita, para que la copies y la puedas pegar si lo necesitas.
ñ
jajajajaja
Besos!!
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