sábado, 27 de junio de 2009

Mas Chandigarh

Me paso la manhana pegado al ordenador de Nawaz, que anda por ahi liado, esperando a Ania. Aprovecho para hacer la colada. Por fin aparece. Vamos a comer con Nawaz y sus amigos, muchos de los cuales fueron companheros de Ania durante el mes que estuvo aqui el anho pasado con una beca. El ambiente, tanta gente de piel oscura sentada en torno a un par de mesas de plastico en un patio, a la sombra de enormes arboles con frutos que desconozco, me recuerda mi estancia en Brasil, cuando di clase en la Universidade Federal de Sao Carlos en el anho 2000.

Luego Ania me lleva al Rock Garden, un curioso lugar proyectado por un visionario, donde hay paredes hechas de diversas rocas artificiales, estatuas de estilo entre tribal y naif compuestas de materiales reciclados (desde azulejos hasta pulsera india, pasando por antiguos enchufes de ceramica), cascadas, columpios y muchos indios paseando. La atmosfera empieza siendo tensa, pero luego se va relajando hasta alcanzar una neutralidad que, la verdad, tampoco me convence. A ver como se desarrolla el dia de manhana. Luego vamos a dar un paseo junto a un lago lleno de patines de esos de pedales, cada uno de un color diferente. Ania tiene que volver a su alojamiento sobre las ocho, ya que a partir de esa hora las chicas no andan solas por la calle. Yo me quedo haciendo un par de llamadas telefonicas, aunque no consigo contactar con casi nadie.

Ceno solo en la residencia de estudiantes. No consigo comprar agua embotellada, todo esta ya cerrado, el tipo de la cantina me da agua del grifo, asegurandome por gestos que es la misma que bebe todo el mundo. Ya veremos. Por el pasillo oscuro de la residencia huye una sombra agil. Espero que sea una ardilla de las que abundan por aqui. Escribo estas lineas observado desde la pared por una lagartija blanca que cuento con que este hambrienta, porque mosquitos para comer no le van a faltar.

Me voy a ir acostando, estoy muerto...

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